Ciudad de México a XX de julio del 2023.
Travel + Leisure
Presente
Con gusto hemos leído que como una marca de viajes que llega a más de 16 millones de lectores al mes, Travel + Leisure reconoce que tiene el poder y la responsabilidad de crear un cambio positivo.
Es por esta razón que nos acercamos a ustedes para plantearles una necesaria reflexión como parte de su compromiso para impactar de manera positiva a sus lectores en particular y al mundo en general.
Cuando en el 2017 la Organización Mundial del Turismo aprobó la Convención Marco sobre Ética del Turismo, se subrayó la necesidad de salvaguardar el entorno natural, fomentar un desarrollo turístico que propenda por el ahorro de recursos naturales escasos y valiosos, reducir la presión que ejerce la actividad turística en el medio ambiente, y contribuir al respeto del capital natural y de la población local.
Apenas tres años después, en el 2020, de manera involuntaria el turismo mundial se tomó una pausa que nos permitió contemplar un planeta que desconocíamos: con los vuelos cancelados y los cruceros suspendidos las emisiones de carbono se desplomaron, el cielo se volvió más azul y el Himalaya se hizo visible en ciudades que no lo habían visto en 30 años. Pero no solo eso, sin aglomeraciones de turistas la vida silvestre retomó temporalmente sus espacios de antaño, sus playas, sus pastizales, sus sabanas. Las ballenas jorobadas volvieron a escuchar las llamadas de sus iguales cuando los motores de los cruceros se silenciaron en Alaska.
Contribuir a recuperar y mantener ese mundo, que nos pertenece no a los humanos, sino a cada ser vivo que lo habita, es sin duda un compromiso ético de cada una de las empresas involucradas en la industria del turismo.
Es por esta razón que les proponemos integrar a su línea editorial las siguientes acciones:
• Descalificar a las ciudades que aún mantienen las mal llamadas “atracciones” que involucran explotación y sufrimiento animal, tales como corridas de toros, peleas de perros, peleas de gallos, hipódromos, galgódromos, calandrias, circos, acuarios, nado con delfines, zoológicos, etc. (Es importante recordar que hasta 1968 existían zoológicos en los que se exhibían humanos y eran considerados un entretenimiento, pero afortunadamente las sociedades evolucionan y comprenden que privar de su libertad a un ser vivo para exhibirlo no tiene nada de divertido ni educativo).
• No promover destinos turísticos que como “experiencia para el viajero” promuevan el uso de elefantes, camellos, llamas, caballos, mulas, burros, perros, etc. como medios de transporte.
• Vetar a aquellas zonas que ofrezcan turismo de caza y pesca “deportiva”, las cuales implican la persecución y matanza “lúdica” de animales. Es importante subrayar que ambas actividades no solo son altamente crueles y sanguinarias, sino que tienen un impacto negativo en el ambiente. Por ejemplo, en Europa, la cantidad de plomo empleada en municiones por cazadores tiene un enorme impacto ambiental, de entre 14,000 y 21,000 toneladas de este metal tóxico, las cuales se diseminan en los ecosistemas terrestres y constituyen un riesgo para la salud humana y el ambiente, de acuerdo a la Agencia Europea de Productos Químicos. Por su parte, los lastres utilizados en la pesca deportiva representan cerca de 2,000 toneladas más de plomo que terminan en los lechos fluviales. A esto se suma que el hilo de pescar y los anzuelos desechados pueden lesionar a aves, mamíferos marinos, corales y otras especies.
• La estacionalidad del turismo hace que su concentración sea mayor en verano, que es la época más seca del año, esto significa que en áreas con poca disponibilidad de agua y mucho turismo, el consumo de agua puede alcanzar niveles insostenibles. Tomando esto en cuenta, les invitamos a promover ciudades con mayor oferta de alimentación vegetal, pues se ha demostrado que es la que menor impacto tiene en los recursos hídricos. Se estima que las verduras tienen una huella hídrica de apenas 322 litros por cada kilogramo, mientras que se requieren 15,400 litros de agua para obtener un kilo de carne. Inviten a sus lectores a descubrir y disfrutar la amplia oferta de restaurantes veganos que múltiples ciudades ofrecen; algunos de ellos, como saben, incluso ostentan estrellas Michelin, tales como ONA en Burdeos, Eleven Madison Park en Nueva York o Gauthier en Londres.
Es momento de poner un pie en el futuro y ser pioneros la construcción de un nuevo modelo de turismo, uno que de verdad valore los recursos del planeta y la vida de todos sus habitantes. Les invitamos a replantearse todas las practices arriba descritas y a tomar una posición ética al respecto.
Quedamos abiertas al diálogo y en espera de su respuesta.
Saludos cordiales,
Red Veganas Antiespecistas
0 comentarios