Quienes hemos participado en diversas luchas sociales, muchas veces desarrollamos una sensibilidad que nos permite cuestionar algunos de nuestros prejuicios. Es el caso de cuando comenzamos a darnos cuenta que, si compartimos las mismas bases neurológicas con los demás animales, resulta ilógico excluirlos de nuestra lucha contra la injusticia. Ellas y ellos sienten, sufren y tienen necesidades propias, como los seres humanos.
Al mismo tiempo es común que, cuando decidimos cambiar nuestra vida y hacer que nuestros ideales de justicia y dignidad sean coherentes con nuestras acciones, en una perspectiva amplia, comienza el cerebro a martillear con excusas:
Que lo haríamos con gusto, si estuviéramos en una isla desierta…
Que los humanos alcanzamos este grado de “superioridad”, gracias a que comemos animales…
Que con no hacerlos sufrir es suficiente…
Que la cadena trófica es inevitable…
Que yo ya tengo paneles solares, ¡no me pidan más! (como diría un reconocido periodista de izquierda cuyas iniciales son PM), etc.
Estos son algunos de los pretextos a los que recurrimos para justificar nuestra incongruencia entre el pensar, sentir y actuar. A continuación, te compartimos algunos sitios en donde podemos informarnos acerca de otras falacias por el estilo y reconocer que lo que nos decimos para tranquilizar nuestras conciencias, no es ninguna novedad. ¿Te identificas con algunas de ellas? ¿Conoces alguna otra? ¿Qué necesitarías para trascenderlas?
http://filosofiavegana.blogspot.com/2014/10/la-falacia-de-la-imposicion.html.
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